La canciller federal de Alemania, Angela Merkel, rindió este viernes tributo a las víctimas del nazismo durante su primera visita al antiguo campo de concentración de Auschwitz, en el sur de Polonia, donde fueron asesinados más de un millón de prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial.
Merkel, acompañada por el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, honró a los fallecidos en Auschwitz y mantuvo un minuto de silencio ante el llamado “Muro de la Muerte”, donde miles de prisioneros fueron fusilados, en su mayoría judíos.
A primera hora de la mañana, Merkel atravesó el portón del antiguo campo, en el que se lee aún la consigna nazi: “Arbeit macht frei” (“El trabajo nos hace libres”), según la cadena alemana Deutsche Welle.
Enseguida, realizó un recorrido por una cámara de gas y un crematorio acompañada por Morawiecki, el presidente de la Fundación Auschwitz-Birkenau, Piotr Cywinski, un superviviente de Auschwitz, Stanislaw Bartnikowski, de 87 años, así como por representantes de la comunidad judía.
Merkel, al frente del gobierno alemán desde hace casi 14 años, es el tercer canciller federal de su país en visitar este campo de concentración, después de Helmut Schmidt en 1977 y Helmut Kohl en 1989 y 1995.
Su presencia coincide con el décimo aniversario de la Fundación Auschwitz-Birkenau, que se dedica a preservar el sitio conmemorativo en el terreno del antiguo campo de concentración.
Merkel fue invitada a visitar el antiguo campo de concentración por dicha fundación, que administra el fondo de conservación de lo que hoy es el museo-memorial de Auschwitz.
Alemania es el mayor donante de esa fundación, incluso la víspera Merkel prometió 60 millones de euros para el mantenimiento del sitio donde fueron asesinadas más de 1.1 millones de personas entre 1940 y 1945, la mayoría al poco tiempo de llegar a Auschwitz.
Su visita, la primera de un canciller alemán desde 1995, coincide además con el auge del antisemitismo y la extrema derecha en Alemania y con la desaparición de los últimos testigos de los horrores de Auschwitz, lo cual complica la transmisión de la memoria.
El antiguo campo de concentración, que comprende el complejo Auschwitz-Birkenau, abarca unas 200 hectáreas de terrenos con 155 edificaciones y 300 ruinas, incluyendo las de las cámaras de gas y los crematorios.