Una carbonera convertida en horno crematorio es lo que aseguran haber encontrado las Madres Buscadoras de Sonora y las de Magdalena.

Un grupo de 30 personas aproximadamente viajaron durante dos horas hasta internarse en el Ejido La Cebolla, perteneciente a Magdalena de Kino, en las inmediaciones del desierto de Altar.

Aunque no se hallaron osamentas completas, las mujeres narraron que se encontraron muchos indicios, como restos de huesos humanos.

En las carboneras se encontraron muchas prendas de ropa, sobre todo de hombre, aunque algunas parecían de mujer.

“Es muy triste ver que a cada palada que sacaban, había expresiones de tristeza, al encontrar ropa o zapatos”, dice Ceci Patricia Flores.

Padres y madres, hijos y hermanas, se metieron a los agujeros de las carboneras y algunas madres decían “que los tenis se parecían a los de su hijo o ese pantalón lo llevaba su hijo cuando lo vio la última vez… Todo muy triste”, dice.

Miriam, la lideresa de las Madres Buscadoras de Magdalena explicó que es muy peligroso todo esa zona.

“Nos acompañaron familiares de Magdalena y del mismo Ejido La Cebolla, que ya conocen el lugar y saben quién es quién”, dijo.

Estuvieron desde las 8 de la mañana en Las Carboneras, cerca del Taste de La Cebolla, escarbando bajo el ardiente sol, con temperaturas cercanas a los 40 grados.

La Cebolla es un Ejido que se encuentra como a 40 kilómetros al Poniente de Magdalena, zona muy peligrosa dominada por grupos de sicarios armados donde impera la ley del narco.

Para llegar a la zona tuvieron que llevar el apoyo de una agrupación de socorristas para evitar deshidrataciones y prevenir accidentes.

Incluso hubo un momento de peligro y mucha tensión, según narraron ambas mujeres.

Cuando ya habían pasado El Taste, desde lejos observaron que se acercaba a toda velocidad un carro, al parecer de sicarios.

“Traían una fuerte polvareda, pero cuando ya estaban cerca y vieron que venían con nosotros la Guardia Nacional, se dieron vuelta y huyeron hacia otra parte…”, comentó Miriam.

Eran cinco autos de civiles, con más de 30 personas, armadas de picos y palas, pero resguardadas por una patrulla con 10 elementos de la Guaria Nacional fuertemente armados.

Los indicios son suficientes, dijo Cecilia, para pedir la presencia de peritos de la Agencia Ministerial de Investigaciones Criminales, ya que había trozos de huesos humanos, ropa, que evidencian que es un lugar donde se cometen asesinatos.

Miriam comentó que se impresionaron al observar aquellas escenas. “Árboles con alambres y piolas, donde amarran a las personas mientras las torturan o esperan su turno para morir”, dijo.